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miércoles, 20 de junio de 2012

Los arbitros hechan a Ucrania

Inglaterra avanza, reto mínimo obligado para los inventores de este negocio y más en un grupo sencillo, pero no lo hace con paso firme ni con grandeza pese a recuperar a Wayne Rooney, que ‘mojó’ tras cumplir condena por violento. Un gol fácil, tras un error de bulto del portero, pero de pillo, de ratón del área.
Siempre da respeto por su tradición y la jerarquía de la ‘Premier’, pero no se antoja superior a Italia, su rival en el gran choque de cuartos que se disputará el próximo día 24 en Kiev. Los ‘pross’ salieron a especular, se encontraron con ese tanto en los albores de la segunda mitad y luego vivieron de la exigua renta.
Se les pudo complicar más la existencia si el juez de área llega a considerar que Terry despejó dentro de la portería un balón. En las repeticiones pareció gol claro. Pero luego llegarán mil planos, gráficos y vaya usted a saber. No fue tan claro como el que le birlaron a Lampard en el Mundial de Sudáfrica ante Alemania pero este lastre de deporte anticuado solo se arregla con el ojo de halcón, no con el humano.
En Donetsk, la ciudad más al este del campeonato fue el lugar donde la animosa Ucrania firmó su rendición. Sollozos entre su gente, pinturas en los rostros desteñidas por las lágrimas, y fin de trayecto a las primeras de cambio. Como Polonia pero con el honor de haber ganado al menos un partido, el que les enfrentó a los suecos. No tienen para mucho más, máxime si resulta que Shevchenko, lesionado en una rodilla, apenas puede jugar los minutos finales.
Se mueve Inglaterra a fogonazos, anota algún gol increíble como ese de Welbeck a los suecos, pero no es un señor equipo. Se ve que llegó a la Eurocopa tras sufrir un sinfín de problemas, con un entrenador cuestionado desde el principio y con la autoestima baja. Pero acaba líder y da la sensación de que es un equipo con gol. Si Rooney dijo que pueden lugar por lo máximo, habrá que creerles. Él, desde luego, está fresco.
Se suponía que con la reaparición de Rooney los ‘pross’ tendrían mayor presencia ofensiva frene a la lánguida Ucrania, pero no fue así.. Y no es una responsabilidad atribuible al arrepentido ‘Bad Boy’, que al fin y al cabo marcó el gol de la relativa tranquilidad, sino más bien a Hodgson y, sobre todo, a la situación del grupo antes de empezar la noche.
Jugar y saber que te sirve un empate para cumplir el objetivo supone una teórica ventaja que a veces se transforma por efecto bumerán. Ya le ocurrió a España ante Croacia y le pasó a los ingleses en el primer periodo. Salieron a verlas venir, a guardar el resultado inicial y a dejar hacer a un adversario que debía ganar o ganar. Tampoco pasaron por grandes apuros los británicos, pero pudieron recibir castigo a su mezquindad.
Los de Blokhin lo afrontaron como una final pero sin Shevchenko, su referente, la vieja estrella a la que se habían agarrado para llegar vivos a la última jornada. Pero la rodilla de este veterano de 35 años estaba inflamada y jugar 90 minutos suponía correr un riesgo enorme. Los anfitriones disponen de un equipo apañado, sin más. Razón tenía Rooney al afirmar que su mayor peligro estaba en las bandas, con Yarmolenko y Konoplyanka. Por ahí lo intentaron pero sin suerte en el pase final. Tampoco en los tiros lejanos, prodigados por Gormas o Gusev.
En la otra área, muy poco que reseñar. Dos acciones con presencia de Rooney pero sin tino. En la primera, se lanzó en plancha pero no pudo conectar con el gran centro de Gerrard en estrategia y, en la segunda, no acertó a rematar el centro pasado de Ashley Cole.
La emoción murió en el arranque del segundo acto. Una acción extrañísima, impropia de una fase final de la Eurocopa. Gerrard sacó mal un córner pero los ucranianos la perdieron al momento. Le volvió a llegar el balón y volvió a centrar mal, pero entre que rozó un defensa y Pyatov se la comió, Rooney solo tuvo que empujarla a puerta vacía. A partir de ahí, ataques ucranianos a la desesperada y polémica. Inglaterra ya esté entre las ocho mejores y evita a los campeones.

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