En su propia casa el Real Madrid se dejó dos puntos en el último minuto.
Cazorla la clavó de falta directa y silenció a la afición madridista,
que se quedó sin respuesta en ese momento y se olvidó de la llamada de
Mourinho. El asturiano castigó a los blancos de golpe franco. Granero
cometió una falta en la frontal y Cazorla la metió por toda la escuadra.
El disparo, maravilloso, entró por el palo que defendía Iker, pero
igual dio que estuviese Casillas o tres policías uno subido encima de
otro. Por allí entró la pelota y por allí el Málaga agujereó el traje de
diez del líder.
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