¡HECHATE UN FIFA 11!
¡¡¡¡JUGAMOS!!!
Un juego que no podía faltar el fifa 11.
Messi, Cristiano Ronaldo, Gerrard, Lampard, Sneijder, Ronaldinho... Las grandes estrellas del fútbol mundial llevan sólo unas semanas en competición oficial con sus clubes, y FIFA no ha querido faltar a la cita deportiva con su nueva entrega. 11 recoge el testigo de su sobresaliente predecesor con un título al que únicamente le han faltado más novedades para mantener su listón igual de increíblemente alto.
El fútbol con mayúsculas regresa a nuestras videoconsolas con FIFA 11, actualmente la simulación futbolística más realista y cuidada que puede encontrarse en el mercado. Con enorme expectación esperábamos la nueva entrega de las series, tras tener con su episodio precedente el que ha sido sin ningún género de dudas el videojuego futbolístico más redondo realizado hasta la fecha en consolas de nueva generación.
La nueva entrega de las series deportivas de EA Sports se desenvuelve con idéntica naturalidad, y vuelve a cuajar un extraordinario videojuego de fútbol. Las incorporaciones del portero y el fuerte pulido al que se ha sometido su experiencia jugable son motivos más que suficientes para encumbrarlo un año más como el mejor lanzamiento de fútbol de la temporada, aunque también es posible que algunos aficionados encuentren que faltan novedades como para justificar su compra una temporada más. Disparidad de gustos y criterios para una temporada que comienza y que no estará exenta de polémica.
Deporte Rey -Despachos y Modos- Como es costumbre, FIFA 11 llega a las tiendas de todo el mundo literalmente abarrotado de modos de juego y de opciones jugables con las que invertir horas y horas en un videojuego que es tan exuberante en este sentido como ha venido siéndolo desde hace ya años.
En el Modo Carrera será donde pasemos la mayor parte del tiempo por lo que respecta a la experiencia individual, y es que es la suerte de Modo Manager remozado que presenta el videojuego. En realidad la esencia es la misma que en el pasado, sólo que aúna una serie de elementos que en el pasado estaban presentes en el videojuego por separado. Así pues podemos efectuar nuestra carrera como futbolista –Conviértete en Profesional-, como entrenador –Modo Manager- o en una simbiosis de ambas que nos permite decidir los destinos del equipo desde los despachos pero también desde el terreno de juego en el pellejo de nuestro futbolista creado.
De todas formas cabe puntualizar que a pesar de que el videojuego separa el Modo Carrera entre futbolista y entrenador, en éste segundo seguiremos manejando a nuestros jugadores desde el terreno de juego, sólo que en el primero, como hemos dicho, manejaremos únicamente al que creemos o escojamos y en el segundo a la totalidad de los que compongan nuestro once inicial, como siempre.
En este segundo hemos observado algunas mejoras y cambios, aunque todos ellos son matizables y admiten lecturas positivas y negativas al mismo tiempo. Por ejemplo ahora todo se gestiona desde un gigantesco calendario del que van pasando los días uno por uno, y que se interrumpirá manualmente en la fecha que deseemos o automáticamente cuando suceda algún acontecimiento -partido, fichaje, etcétera-. Desde el punto de vista Manager es fantástico, especialmente porque permite un control sobre contrataciones y ventas mucho mayor que en entregas anteriores, al fragmentarse el tiempo de la pretemporada mucho más. Lamentablemente cuando queremos llevar a cabo nuestra carrera desde los ojos de un mero jugador el verano se desarrolla de una forma que roza el tedio, puesto que hasta que no comienzan los partidos amistosos el ver cómo transcurren lentamente y día a día los meses de junio y julio sin absolutamente nada que hacer resulta una experiencia aburridísima.
Uno de nuestros puntos de mayor atención en el Modo Carrera será el de controlar el progreso de nuestros futbolistas. Éste vuelve a cambiar con respecto al año pasado, y ahora será indicado por nuestros ayudantes.
Por otra parte los fichajes son ahora mucho más serios y detallados, fulminándose de un plumazo la sensación de entregas anteriores por las que parecía que podíamos efectuar contrataciones tremendamente a la baja y casi siempre con buenos resultados, especialmente en el papel de equipos grandes. En esta ocasión se han endurecido los rivales y se han introducido elementos variables como el temperamento de los agentes, que pueden dar por rota una negociación a las primeras de cambio sin ofrecernos capacidad de maniobra y emplazándonos a la siguiente temporada para retomarla. Este lado positivo, lamentablemente, se ve a veces enturbiado por una excesiva dureza por parte de la IA en las negociaciones independientemente del "nivel de dificultad del Consejo" que hayamos escogido, y que quizá debería repercutir en este ámbito. Tanto es así, que en ocasiones incluso clubes que listan a sus jugadores en los índices de transferibles, rompen las negociaciones a la primera de cambio si tratamos de negociar su transfer con una ligera reducción de cantidad económica sobre su valor de mercado.
Por lo demás el Modo Manager continúa siendo tan satisfactorio como siempre, y es que el utilizar nuestras dotes como manager, jugador o manager-jugador para ir recorriendo el mundo, aceptando ofertas de unos y otros equipos y llevándolos a la gloria, es una de las mejores experiencias que pueden encontrarse en estos momentos en un videojuego deportivo.
El proceso de realizar un cambio está más optimizado en esta ocasión. Mientras esperamos a que se realice veremos estadísticas de algunos futbolistas sobre el terreno de juego.
Por otra parte el videojuego mantiene la misma línea en cuanto a opciones de modalidades jugables que FIFA 10, con muy pocos cambios. Todas las alternativas multijugador se mantienen, con la posibilidad de disputar amistosos rápidos contra usuarios de todo el mundo (Uno contra Uno), así como la presencia de las ligas y torneos on-line (Ligas de Amigos) y los partidos de exhibición en los que cada usuario adopta un rol (Juego en Equipo) y a los que en esta edición se suma la presencia de los porteros. Por último debutan los Vestíbulos de Partidos, con los que podremos tener un control mucho mayor sobre todo lo que sucede en las partidas Live que se celebran en todo el mundo y sobre las nuestras propias.
Vuelve a hacer acto de presencia, por otra parte, el modo Temporada Live que repite del año pasado, y que nos permite comprar las estadísticas de una serie de ligas a cambio de dinero en el Store de PlayStation Network o el Bazar de Xbox Live, para tener un seguimiento concreto de los datos de los equipos y estados de forma de los jugadores, reproduciéndolos y comparándolos previo pago por nosotros mismos en base a nuestros propios partidos.
Fiesta del Fútbol regresa con sus desafíos y sus trampas; mientras que la posibilidad de crear torneos para disfrutar del multijugador local con nuestros amigos será una de las facetas del videojuego en las que más tiempo invertiremos. En este sentido, y como es costumbre, echamos en falta un modo Comunidad como el de Pro Evolution Soccer para guardar los perfiles de nuestras amistades y registrar sus preferencias por equipos, sistemas de control, esquemas tácticos o registros de estadísticas. En última instancia nos queda por hablar de Jugador Profesional Virtual, la fusión entre el antiguo Conviértete en Profesional y las modalidades on-line. Aquí creamos un futbolista con la apariencia que deseemos, y le ayudamos a progresar a través de diferentes modos de juego multijugador.
Magos del Balón -Sobre el Campo- En lo que se refiere a equipos y clubes el videojuego vuelve a hacer gala de esa obsesiva atención por el detalle y la cantidad que siempre ha caracterizado a las series FIFA. Se suma en esta ocasión la Liga Rusa con todos sus equipos de la primera división al conjunto de países licenciados, lo que se traduce en que clubes tan importantes como el CSKA, el Zenit o el Rubin Kazan, por fin tienen representación en el videojuego. Con esta el número de ligas se eleva hasta las 25, sumando además un buen número de equipos europeos y sudamericanos al margen, así como una gran cantidad de selecciones nacionales.
Por otra parte, y como ya hemos mencionado, una de las escasas novedades de FIFA 11 es lo tocante al manejo del portero. En este sentido el videojuego ya presenta muy claramente sus intenciones desde el comienzo dividiendo, por ejemplo, los partidos de exhibición entre los que podemos manejar a todo el equipo, a un sólo jugador de campo y, por último, al portero. Así pues bajo los tres palos el manejo es muy parecido a lo que vimos en su momento durante el pasado E3, con un control tremendamente sencillo y más basado en los reflejos del jugador y en su habilidad para colocarse en la posición correcta que en abrumarle con combinaciones de controles complicadas.
Lo cierto es que pese a que la idea de manejar al portero es sensacional, una vez pasadas unas horas en el papel del guardameta debemos aclarar también que no acaba de funcionar de una forma tan divertida como cabría esperar.
Independientemente de que cojamos a un equipo potente o débil y que calibremos la dificultad al máximo o al mínimo, lo cierto es que los equipos rivales controlados por la IA no nos llegarán en demasía al haber dejado el control de los otros 21 futbolistas a la computadora. Por ejemplo con clubes de una estrella o estrella y media contra rivales de entidad como F.C. Barcelona o Real Madrid, apenas hemos tenido una decena de llegadas en total a nuestra área con peligro por parte del rival, algo que entra dentro de la lógica de un videojuego de simulación realista como el que nos ocupa. ¿En qué se traduce esto? Fundamentalmente en que nuestras intervenciones como cancerbero son bastante reducidas en cuanto a número, no así en importancia.
Para luchar contra el tedio el juego nos propone pulsar la tecla Select para descentrar la cámara de la espalda del portero y llevarla a donde se encuentra el balón, pudiendo optar por elegir cuando tiran o pasan, y a donde, unos jugadores que en sus movimientos están dirigidos por la IA. Se trata de un complemento similar a nuestra actuación sobre el resto de futbolistas en Conviértete en Profesional, pero con más nivel de detalle puesto que a los pies de los 10 diferentes futbolistas de campo aparecen los colores de los botones del pad como representación de qué control tenemos que pulsar para que el balón le llegue a uno u otro.
Salvo este radical cambio de rumbo que supone la inclusión de los porteros lo cierto es que en lo demás FIFA 11 es un videojuego muy continuista, que recoge las bases que cimentaron el éxito del asombroso FIFA 10 y edifica sobre ellas sin arriesgar lo más mínimo, y mejorando sobre el terreno de juego lo justo y necesario para evidenciar el año de trabajo transcurrido entre uno y otro videojuego.
El fenomenal ritmo y sentido del tempo de juego vuelve a ser uno de los grandes aciertos de la franquicia de Electronic Arts. La gente de EA Sports dio con la tecla adecuada en cuanto a la velocidad de juego con el cambio de generación, y desde entonces ha estado constantemente abonado a ella.
No directamente en este sentido, pero sí a la hora de colaborar a la sensación de realismo, fluidez y veracidad, contribuye el sistema Personality +, uno de los más promocionados por sus responsables en cuanto a las novedades. Con él cada futbolista tiene una serie de aspectos que tratan de acercarle lo más posible a la realidad de su fútbol. Cabe mencionar que esto se traduce únicamente en elementos como la precisión del pase o la certeza del tiro en función de las condiciones de cada jugador, no en una representación/espejo de sus habilidades. Esto que suena algo complicado admite un ejemplo muy concreto y clarificador: Personality + es, por ejemplo, la enorme precisión en el desplazamiento largo de un futbolista como el madridista Xabi Alonso, pero no los detalles técnicos específicos de otro futbolista como el azulgrana Leo Messi. Esto se traduce en que mientras el mediocentro blanco es tan preciso como su homónimo merengue en los cambios de juego, el extremo argentino continúa haciendo imperdonables atentados contra el realismo como controlar los balones y empujarlos en carrera siempre con el pie derecho, cuando sobradamente es conocida su condición de zurdo cerrado para esas lides.
La IA, por el contrario, sigue siendo uno de los grandes puntos a favor del videojuego, especialmente en sus dos niveles de dificultad más altos. Ahí las defensas rivales se cierran con habilidad, y los ataques oponentes trenzan jugadas ofensivas de gran mérito. En esta ocasión, además, se ha introducido con éxito la posibilidad de que los enemigos gestionados por la inteligencia artificial realicen también regates, lo que acaba haciendo del reto algo mucho mayor.
Por lo que respecta a nuestros aliados, mismas directrices que en FIFA 10 pero algo más pulidas. Nuestra defensa se mantendrá ordenada siempre en mayor o menor medida, aunque con casos especialmente crueles como los del cooperativo dos contra dos, o dos contra la máquina, donde los centrales hacen incomprensibles salidas hasta la zona medular en los balones aéreos lanzados por el portero rival. Por lo demás todo lo que hayamos especificado en la vertiente táctica antes del partido se cumple a rajatabla, algo que puede parecer de auténtico perogrullo pero que en el pasado fue un misterio para esta saga. Así con extremos tendremos un campo abierto, con unos mediocentros fuertes el control del juego aéreo y de la parcela central, y con carrileros y actitudes ofensivas -fijadas con la cruceta nuevamente-, obtendremos laterales que doblen a nuestros extremos para poner centros a la olla o sencillamente abrir espacios. En última instancia queremos aclarar también que precisamente algunos aspectos como el centrado de balones de la banda al área son algo más aleatorios y realistas que los de la anterior entrega, que quizá estaban excesivamente scriptados. Los porteros, en esta misma línea, también se comportan de forma mucho más realista, con unas paradas que episodio tras episodio están cada vez menos enlatadas. Y es que el balón cada vez va a más: A un comportamiento que mejora entrega a entrega para alcanzar enormes cotas de realismo, y que en esta ocasión tiene los mejores disparos de las series; eliminando de este modo algunos manierismos que quizá podían seguir detectándose en FIFA 10, y que cada vez van siendo más pulidos.
Once contra Once -Gráficos y Tecnología- A nivel visual FIFA 11 supone un relativo avance gráfico con respecto a su predecesor, aunque éste es tan matizable como el del resto de facetas jugables que ya hemos descrito. ¿Qué quiere decir esto? ¿Se ha dormido EA Sports este año? En absoluto, pero todos los ajustes, tanto gráficos como jugables, tienen más que ver con aspectos de pulido y mejora que no siempre son claramente perceptibles a primera vista.
Las animaciones, por ejemplo, siempre han sido uno de los puntos a favor del aspecto visual del videojuego, y aquí vuelven a destacar por su fluidez, realismo y brillante cadencia. En esta ocasión el trabajo puede no saltar a la vista rápidamente, y es que tiene que ver más con los encadenados de los movimientos unos con otros, haciéndolos más naturales que nunca. FIFA, de este modo, se hace fuerte todavía más en sus pilares fundamentales en lo visual, aunque sigue descuidando de alguna manera en los que ha mostrado debilidades.
Las repeticiones se han visto severamente ampliadas, recogiendo algunas de Copa Mundial de la FIFA 2010 e incorporando otras nuevas.
Y es que las animaciones se complementan con los cuerpos de los futbolistas en el sentido de obtener un todo que repercute directamente en la sensación alegre y veraz que transmite el videojuego. Los cuerpos son proporcionados y, como hemos dicho, se mueven con fantástica naturalidad. Las caras siguen su misma línea en cuanto a carga poligonal y calidad de las texturas, pero lamentablemente el número de rostros que se parecen a la de sus homónimos del mundo real sigue siendo inusitadamente bajo. Hasta tal punto es así que todavía hay muchos futbolistas del once inicial de los grandes equipos europeos que no guardan ningún parecido con los que representan, ni lo pretenden, y muchos de los que sí lo buscan tienen unas similitudes francamente discretas.
Por otra parte, y ya hablando de un sentido puramente cosmético, se ha seguido la línea de Copa Mundial de la FIFA 2010 en el sentido de incrementar notablemente las cinemáticas de entrada al estadio, festividades de victorias, etcétera. Esto no sólo se traduce en que las maniobras de celebración de los goles es todavía más grande y variada que en el pasado, sino que además las entradas al estadio en amistosos y partidos de competición oficial están más cuidadas que nunca, con los clásicos saludos entre futbolistas de uno y otro equipo, cámara para el trío arbitral, etcétera.
Así pues, y pese a que el apartado gráfico se mantiene en la misma línea, echamos en falta algo más de salto visual de una entrega a otra. El motor de las series sigue siendo brillante, y en esta ocasión muestra unos cuerpos con mayor carga poligonal y nivel de detalle que en entregas precedentes, sin embargo llevamos ya unos años con cambios muy leves en este sentido, y siempre echando en falta un mayor número de rostros realistas que complementen el esfuerzo que se lleva a cabo con las licencias.
Los estadios continúan mostrando un aspecto sensacional. El nivel de detalle del césped es asombroso, las gradas están tan vivas como siempre, y la arquitectura de estos teatros de sueños futbolísticos se corresponde con maravilloso realismo con la de los estadios a los que representan.
Los rostros de algunos futbolistas guardan un parecido innegable. Otros, en cambio, no han salido tan bien parados.
En lo que se refiere a la faceta del audio, todo es tan sobresaliente como a lo que Electronic Arts nos ha tenido siempre acostumbrados. La banda sonora incluye temas de bandas tan conocidas como Linkin Park, LCD Soundsystem, Massive Attack, MGMT o Scissor Sisters, y los efectos de audio y reacciones del público están muy cuidados, con los mismos resultados de calidad de los que la marca FIFA es siempre garantía.
Las labores de comentarios vuelven a llevarse a cabo de manos de Manolo Lama y Paco González, que reciclan buena parte de los comentarios de entregas anteriores en esta ocasión. Hay algunas líneas nuevas, muchas de ellas para cubrir aspectos relacionados con las estadísticas que debutan y otros aspectos similares, pero en términos generales el resultado es virtualmente idéntico al del videojuego anterior.
El Gran Derby -Conclusiones- FIFA 11 continúa la magnífica senda de FIFA 10, con un videojuego al que sólo le ha faltado una inyección de novedades similar a la de su predecesor para estar a su altura. ¿Significa esto que no cabe recomendar su compra? En absoluto, el título de este año es tan recomendable como el del año pasado, y de hecho continúa con sus labores de mejora episodio tras episodio. Así pues los fans que esperen un salto similar al que se vivió entre FIFA 09 y FIFA 10 quedarán algo decepcionados, pero los que busquen un videojuego de fútbol maravilloso y con horas y horas de apasionante entretenimiento a sus espaldas darán con la horma de su zapato.
Por lo que respecta a los aspectos más puramente relacionados con el pulido, lo cierto es que el videojuego trae consigo algunos bugs de leve consideración; aunque ninguno de las dimensiones del que el año pasado, y en determinadas circunstancias, provocaba brutales números rojos al cambiar de un club a otro. En este sentido la mejoría es clara y notoria.
A nivel visual las animaciones son tan formidables como siempre. Las segadas, los regates, los remates de cabeza... Todo raya a gran altura en FIFA 11.
Por otra parte, y ahondando en las novedades, no se trata tanto de que éstas no sean demasiado numerosas, que en realidad tampoco lo son, sino que a menudo no parecen estar tan bien implementadas como debieran. Los desajustes en el nuevo método de fichajes del Modo Manager son sensibles, y algunos aspectos de este modo como la nula interacción con los filiales entre éstos y los equipos senior son criminales, puesto que en muchos casos ambos están representados en el juego -Barcelona B, Villarreal B, etcétera-. Por si fuera poco, y como ya hemos descrito con anterioridad, la presencia del portero como elemento interactivo del juego también es una muy buena idea, aunque puede resultar algo reiterativa dada su falta de intervenciones y lo limitado de sus controles. En lo positivo, sin embargo, destaca un balón que es cada entrega que pasa resulta más real. Sus físicas siguen su progreso de forma segura, y podemos hablar del FIFA que más veraz resulta en cuanto a sus disparos a puerta, pases o centros a portería. Las opciones para ejercer nuestro control sobre el terreno de juego se benefician notablemente de las mejoras del esférico, con opciones desde el panel general que nos permiten fijar, además de la asistencia de pases, tiros, globos, etcétera..., otros aspectos nuevos como las ayudas en la potencia de pase, el tipo de cambio automático o incluso el sprint analógico. Todos ellos aspectos de notoria influencia en el juego, y que son totalmente personalizables para lograr en todo momento la experiencia que deseemos. Así pues, y con ánimo de sintetizar, podemos decir que esperábamos más novedades de FIFA 11, o al menos que éstas tuvieran una repercusión más directa y palpable como las que sí adornaron el episodio anterior. ¿Significa esto que el que nos ocupa es un mal videojuego? Todo lo contrario, las mejoras y los matices añadidos contribuyen a redondearlo cada año un poco más; aunque el factor sorpresa, impacto o bomba, como lo queramos llamar, se haya perdido en esta ocasión.
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