"No tengo idea de si rompí la barrera del sonido y cuándo, en qué momento", dijo el austríaco, de 43 años, tras aterrizar sano y salvo en el desierto del estado norteamericano de Nuevo México.
Baumgartner durante un entrenamiento para la misión. Foto: / twitter.com/RedBullStratos
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Cuando se encontraba en la cápsula, el nuevo intento estuvo a punto de ser nuevamente cancelado debido a problemas con el visor del casco, pero igualmente quiso saltar.
Volver con vida
"Cuando se está en la cima del mundo uno se siente tan humilde. Lo único que uno quiere es volver con vida" a tierra firme, dijo a periodistas en Roswell, base de la misión de lanzamiento.Aclaró igualmente lo que dijo al saltar al vacío, y que en la transimisión en directo aparecía entrecortado: "Sé que el mundo entero está siguiendo esto ahora y desearía que pudieran ver lo que yo veo. A veces tienes que estar bien arriba para darte cuenta de lo pequeño que eres".
En una entrevista con un canal austríaco, la primera tras el salto, se había referido asimismo a un problema de casco que casi le obligó a abortar en el último minuto.
"Incluso en un día como este al empezar tan bien, puede suceder un pequeño fallo. Pero finalmente decidí saltar. Y fue la decisión correcta", señaló.
Romper marcas
Durante el ascenso en una cápsula impulsada por un globo aerostático y la posterior caída de ocho minutos, el austríaco batió varias marcas: el mayor ascenso en un globo aerostático tripulado, el salto al vacío desde mayor altura, perteneciente hasta ahora al ex coronel de la Fuerza Aérea estadounidense Joe Kittinger (31.333 metros en 1960), y la ruptura de la barrera del sonido.Sin embargo, no pudo quebrar la marca de la caída libre más larga, ya que sus 4 minutos 19 segundos quedaron cortos ante los 4 minutos 36 segundos de Kittinger.
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