Y es que lamentablemente Danger Close, el estudio al que Electronic Arts encargó la tarea, no acabó de consolidar un lanzamiento a la altura de la marca, y quedamos emplazados al año 2012 para ver si serían capaces de mejorar la fórmula con una secuela del spin-off de batallas modernas. Entre medio disfrutamos del sobresaliente Battlefield 3, también de EA, y ahora tenemos entre manos un Warfighter que ejerce de continuación, y que trata de apuntalar las virtudes de su predecesor y eliminar unos defectos que lo condenaron a ser un producto meramente interesante y, como decimos, bastante alejado de las cotas de excelencia de las que antaño gozaba la serie.
¿Ha
conseguido el juego sus metas? Lo cierto es que, por desgracia, el
nuevo título acusa los mismos defectos que su predecesor. No sólo
resulta alarmante la falta de carácter del nuevo Medal of Honor, sino
que tampoco hay mucha inspiración ni en la campaña individual ni en el
multijugador competitivo. Así pues tenemos entre manos un lanzamiento
que no pasa de lo meramente correcto, y que nos hace rememorar con
nostalgia los orígenes de una franquicia que antaño fue leyenda.
El tratamiento de la historia de Warfighter es una de sus mejores virtudes. El guión es bastante absurdo, pero la intención de ofrecer algo intimista es interesante.
Como es costumbre en los shooters bélicos, la oferta jugable de Warfighter se divide en la vertiente off-line por un lado y, por otro, la competitiva que se disfruta a través de Internet. También es hábito que los FPS de este corte ofrezcan campañas individuales bastante cortas, que se muevan tradicionalmente entre los márgenes de 4 y 6 horas. El juego de Danger Close dura precisamente entre la mitad de esas cifras, con un modo historia que podemos superar en unas 5 horas en el nivel de dificultad medio. El dato, como siempre, es muy relativo: por un lado hablamos de un dato numérico orientativo para un reto intermedio que puede prolongarse sensiblemente en caso de optar por desafíos más altos. Por otra parte no tenemos nada en contra de campañas que rondan esos números siempre que sean experiencias intensas y cargadas de adrenalina, y es que en ocasiones precisamente el prolongarlas podría ser contraproducente para el ritmo del programa.
El caso de Medal of Honor es complicado en este sentido, ya que si bien está claro que la intención era la de lograr un modo historia
breve, trepidante y de impacto; al final Warfighter se ha quedado sólo
en lo primero… en ser breve. Cada una de las misiones se presenta con
una cinemática, cuidadísima eso sí, en la que se nos introduce a
los objetivos que tendremos que afrontar y se nos cuenta algo de la
historia de los protagonistas (Preacher, Stump...). Hay, de
hecho, una intención bastante meritoria de dotar de profundidad y
tridimensionalidad al principal personaje, que es un soldado moderno con
los problemas a los que se enfrenta un hombre contemporáneo, y que
forma parte de una pareja disfuncional y a cuya ex-mujer e hija trata de
recuperar. Es de agradecer el que se intente tratar temas dramáticos
como éste con una cierta madurez y, si bien al final no se pasa de la
presencia testimonial de todo este arco y no se entra a diseccionar lo
que podría haber sido una subtrama muy interesante, el esfuerzo es
notable.
Las misiones de Warfighter nos llevarán a varios rincones del mundo. Una campaña breve, pero con algunos puntos bastante espectaculares.
Tristemente
la maravillosa factura estética y sonora de las cinemáticas, y el
trasfondo de la mayoría, no se ve acompañada de una historia que esté a
su altura. No es que el guión de Warfighter sea pésimo, ni mucho
menos, es que sencillamente nos vamos a dar cuenta con presteza de que
lo que se nos cuenta ni nos va ni nos viene, y que además no tiene la
mínima seriedad o cohesión. Preacher, el protagonista, parece que
va a dar mucho de sí al comienzo de la campaña; sin embargo la
narrativa peca de inconclusa, y muchos de los vídeos en los que se nos
presentan sus operaciones parecen inconexos, resultando fácil perderse a
pesar de que lo que se nos cuenta no es, en realidad, tan complicado.
¿Es
el de la discreta historia el motivo por el que la campaña de Medal of
Honor no es tan brillante como esperábamos? En absoluto, ya que en estos
casos de shooters bélicos consideramos al argumento un plus positivo en
caso de ser interesante, pero nunca un lastre que reduzca la nota en
caso de resultar sólo rutinario. El problema de la campaña de Warfighter
tiene más bien que ver con que la acción es espectacular desde
el punto de vista estético, pero no demasiado llamativa desde el
jugable, y con que el conjunto resulta sólo medianamente entretenido.
Hombres de Honor
El juego de Danger Close tiene un comienzo rotundo. Quizá no en términos de calidad, pero sí en el sentido de la promesa de una experiencia cinemática, frenética y cargada de adrenalina en la que el escenario tiene importancia, y que ofrece situaciones variadas y repletas de desafío. Sin embargo el ritmo no se mantiene, y poco a poco vamos perdiendo fuelle en una campaña que sólo funciona a ratos, y que la mayoría del tiempo es una sucesión de tiroteos no demasiado inspirados puestos uno detrás de otro.
El juego de Danger Close tiene un comienzo rotundo. Quizá no en términos de calidad, pero sí en el sentido de la promesa de una experiencia cinemática, frenética y cargada de adrenalina en la que el escenario tiene importancia, y que ofrece situaciones variadas y repletas de desafío. Sin embargo el ritmo no se mantiene, y poco a poco vamos perdiendo fuelle en una campaña que sólo funciona a ratos, y que la mayoría del tiempo es una sucesión de tiroteos no demasiado inspirados puestos uno detrás de otro.
El uso de las coberturas es uno de los puntos fuertes de las escenas de acción. Resulta cómodo y ágil asomarse.
El
problema es que la fórmula del nuevo Medal of Honor necesita de esas
inyecciones de variedad para sacar adelante la campaña individual, ya
que los tiroteos no son muy satisfactorios. No molesta superarlos
porque, salvo una IA enemiga desastrosa, no tienen nada
particularmente negativo, pero tampoco resulta estimulante el verse
enfrascados en ellos. Es bastante inocuo. Obra en favor del programa que
la sensación de disparar las armas es fenomenal y está muy bien
lograda, sin embargo el diseño de los escenarios es pobre, la
disposición táctica de los oponentes ridícula, y no hay apenas elementos
de diversión que ayuden a sacarle partido a unos combates que podían
haber dado mucho más de sí.
Acción por acción. Warfighter no da casi ni un respiro, y sus escenarios tan cerrados ayudan a que los tiroteos sean constantes.
Por lo demás todo es bastante convencional
en la campaña. Avanzamos del punto A al B por un escenario estrecho
hasta extremos opresivos, y por el camino disparamos a todo lo que se
mueve. Soldados, helicópteros, vehículos con torretas ametralladoras y
blindaje... El conjunto está bastante trufado del uso de gadgets,
suponemos que con la intención de separar a Warfighter de cualquier
otro shooter no bélico, y de luchar contra un tedio que sólo los más
hardcore del género de la acción en primera persona podrán evitar.
La campaña individual no es muy brillante, pero el multijugador ayuda a elevar la calidad del producto.
Su
utilización para romper los rígidos esquemas del género siempre ha sido
un matiz interesante, sin embargo en Warfighter su empleo resulta
abusivo. Varias veces en cada misión tendremos que acometer alguna de
estas acciones, en una mecánica que se repite tanto que incluso cuenta
con su propio esquema de mejora. El sistema es tan sencillo que sólo nos
premia con desbloqueos de nuevos métodos de echar abajo las
puertas por lograr un determinado número de disparos en la cabeza dentro
de cada una de las incursiones anteriores.
Guerra Mundial -Multijugador-
Si la oferta del juego se redujera a la discreta campaña individual, la valoración de este nuevo Medal of Honor sería bastante más baja. Pero Warfighter cuenta con un multijugador que dota al producto de cierto componente redentor, y que le ayuda a escalar algunos puestos en su calificación.
Si la oferta del juego se redujera a la discreta campaña individual, la valoración de este nuevo Medal of Honor sería bastante más baja. Pero Warfighter cuenta con un multijugador que dota al producto de cierto componente redentor, y que le ayuda a escalar algunos puestos en su calificación.
No es que la faceta on-line del título de Danger Close sea brillante, pero sí es efectiva y se apoya en una fuerza del trabajo en equipo
que siempre es bienvenida en cualquier tipo de experiencia competitiva.
Podríamos decir que la idea es situarse a medio camino entre la acción
rápida y visceral de la saga Call of Duty y el aspecto más sesudo y con
un punto táctico de los Battlefield. No acaba de tener las virtudes de
ninguna de sus dos principales referencias, pero usa ideas de ambos para
componer un entretenimiento que puede salvar la compra del producto.
La posibilidad de escoger la nacionalidad de nuestros hombres para el multijugador es un añadido más simpático y curioso que realmente útil.
El resultado es solvente, afianzado en unos mapas
mejor trazados que los de la campaña individual aunque sin lograr
tampoco grandes resultados. Lo que se logra con ellos es que la acción
sea rápida y furiosa a través de internet, y que con características
como las de la patrulla y el diseño de los objetivos se fomenta la
cooperación entre los miembros del grupo. Toda idea es buena con tal de
evitar que todo el mundo haga la guerra por su cuenta en unas partidas
con un máximo de 20 usuarios simultáneos.
Hay, además, una agradecida vertiente de personalización
bastante detallada en lo cosmético con incluso la posibilidad de
decidir nuestra nacionalidad entre varias disponibles. Podemos editar el
aspecto de nuestro soldado y también algunas de sus habilidades, sin
embargo la mayoría de las características no pasan de lo estético y a
menudo es difícil ver la utilidad jugable a muchos de los ajustes.
A nivel visual Medal of Honor: Warfighter es un videojuego rotundo. Los escenarios y el tratamiento de la luz ofrecen grandes resultados.
La mayor virtud de Medal of Honor tiene que ver con el apartado audiovisual. Estéticamente es un videojuego muy poderoso, con unos réditos gráficos admirables que ojalá se hubieran volcado en la jugabilidad. Los escenarios son uno de los mejores puntos a favor con los que cuenta, gracias a un acabado bastante bueno y a unas técnicas de iluminación formidables que les otorgan gran realismo y toda la personalidad que en otras parcelas le falta a Warfighter.
Lo mismo podemos decir de los personajes. Su retrato en las cinemáticas es increíble, con algunas de las mejores CGIs
que hemos visto en los últimos tiempos. Expresividad máxima,
tratamiento impecable y un buen gusto exquisito. Los protagonistas y
enemigos en términos in-game también cuentan con un aspecto muy vistoso,
aunque como es lógico a años luz de su look en los vídeos. Las texturas
en general tienen un nivel de detalle bastante bueno, y se instalan
automáticamente en la versión de PlayStation 3, requiriendo de un
proceso opcional (aunque muy recomendable) en la de Xbox 360.
No
obstante desde el punto de vista tecnológico el título no ofrece unos
resultados tan boyantes. Entre lo positivo podemos contar una tasa de
imágenes por segundo fluida y el hecho de que, de forma muy esporádica,
algunos escenarios se vienen parcialmente abajo y algunas coberturas se deshacen ante el fuego de los disparos. Lamentablemente el pulido general
del producto es francamente pobre, a pesar de que la versión que hemos
probado ya traía consigo el parche 1.01 que, incluso con su tamaño
considerable, deja a medias montones de problemas que no llega a
corregir. Así por el camino veremos cómo algunos objetos parpadean o
directamente desaparecen de nuestra pantalla, incluso en ocasiones
enemigos a los que estamos disparando, así como problemas de clipping
que rozan lo cómico y una inteligencia artificial capaz de chocar y/o
engancharse con la mitad de los objetos del mobiliario urbano.
Tecnológicamente el juego es bastante irregular, con muchos problemas. Sin embargo entre lo positivo se cuentan los escenarios parcialmente destructibles.
En lo tocante al audio, el último de nuestros apartados, vuelven las buenas noticias. Gran doblaje
a nuestro idioma y banda sonora de alta calidad son algunos de los
titulares de este apartado que, además, está trufado con unos efectos
sonoros para las armas realmente atronadores y fenomenales.
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