Parecía que el momento
no llegaría nunca, pero Connor tiene listo ya su Tomahawk. La
Revolución Americana se revela como un telón de fondo difícil de igualar
para la más grande entrega de la saga de Ubisoft hasta la fecha. Acción
y aventuras de inmejorable casta para uno de los videojuegos más
redondos del año, y uno de los mejores de la actual generación de
consolas. La venganza se escribe con sangre en Assassin’s Creed III.
A pesar de que en realidad no hace demasiado tiempo que se anunció, la espera por Assassin’s Creed III
se nos ha antojado interminable. Puede haber sido por el cambio de
contexto, puede haber sido por las inagotables promesas de
incorporaciones jugables y puede haber sido también porque hasta la
fecha ninguna entrega de la saga ha decepcionado, pero huelga decir que
el debut de Connor para la franquicia ha sido probablemente el lanzamiento más ansiado del 2012.
Ubisoft,
contradiciendo las críticas habituales hacia toda saga de lanzamientos
de periodicidad anual, logra un producto sorprendente, fresco y
sobresaliente. El nuevo Assassin’s Creed logra apoyarse en los pilares
que han hecho grande a la franquicia, pero al mismo tiempo consigue
atesorar un componente único que separa a este último episodio de
todos los que hemos visto hasta ahora. La compañía gala prometió un
salto generacional para la IP, y si bien la afirmación puede resultar
algo exagerada y para que sea más exacta habrá que esperar al próximo
ciclo de consolas, lo cierto es que el avance cualitativo es formidable.
Connor (Ratonhnhaké:ton en su idioma nativo) se revela como un héroe carismático y brillante.
Uno que jura venganza contra sus temibles y poderosos enemigos, y que
no temerá sacudir los cimientos de una sociedad convulsa y tratada con
el habitual respeto y rigor histórico por parte de los
responsables del título. Experiencias jugables muy variadas y
divertidas, historia con gancho y valores de producción impecables para
uno de los mejores lanzamientos en lo que va de año.
Regado con la Sangre de los Patriotas…
Como no podía ser de otro modo, la campaña individual de Assassin’s Creed III es la gran oferta jugable del programa. Hay un multijugador a la altura de lo que veíamos en entregas anteriores tras su incorporación en La Hermandad, sin embargo el off-line es y será siempre el gran reclamo de una franquicia que se hace fuerte en las grandes historias, los acontecimientos históricos emblemáticos y los protagonistas con carisma.
De hecho Connor es ya, por méritos propios, uno de los grandes héroes de aventuras de los últimos tiempos. Su condición de nativo americano
no sólo le confiere un icónico aspecto que es un punto y aparte dentro
de la habitual retahíla de protagonistas clónicos y musculosos al que
por desgracia nos hemos acostumbrado, sino que al mismo tiempo le dota
de un contexto y una herencia cultural que Ubisoft sabe explotar de
sobremanera en un modo historia memorable.
Y
es que sí, el nuevo Assassin’s Creed cuenta con una campaña para el
recuerdo. Una que se toma su tiempo de forma del todo parsimoniosa para
comenzar, pero que al mismo tiempo recompensa al jugador con personajes bien trazados, conflictos entre ellos realistas y creíbles, y algunas sorpresas
fantásticas en su entrañas. Como es costumbre vamos a vivir momentos
históricos de los que muchos hasta ahora sólo habían oído hablar en los
libros de texto, y lo vamos a hacer desde una perspectiva respetuosa con
el rigor que siempre ha caracterizado a la serie pero, al mismo tiempo,
siempre con la diversión por encima de cualquier otra consideración.
En el prólogo vamos a encarnar a Haytham Kenway,
un personaje aparentemente inconexo con la trama principal pero que más
tarde se mostrará como piedra angular de ésta. Con él accederemos a un tutorial
dilatadísimo en términos de duración, pero también necesario por la
cantidad de novedades, ajustes y cambios que incluye este episodio con
respecto a sus predecesores. Para evitar spoilers vamos a evitar contar
nada de lo que tenga que ver con él, sólo señalaremos que su importancia
es capital en la cuidada narrativa del título. Una vez superado
comenzaremos ya a encarnar a Connor, el protagonista, y a partir de
entonces viviremos varias fases breves de su vida que incluirán su
infancia, su adolescencia y ya, en mayor medida, su madurez.
Bienvenido a Assassin's Creed III. Te presentamos a Connor será tu anfitrión en esta increíble aventura.
La campaña dura unas 20 horas si nos ceñimos a la historia principal, una duración que se incrementará notablemente si empezamos a profundizar en misiones secundarias, batallas navales, búsqueda de desbloqueables y la larga sucesión de actividades de todo tipo que ofrece el programa. En ese tiempo vamos a tener por fin algunas respuestas, en un juego que recoge de manera directa el testigo argumental en cuanto a Desmond donde Revelations lo dejó, y que cierra algunas incógnitas que se habían venido abriendo a lo largo de los últimos años. No hace falta haber disfrutado de la trilogía protagonizada por Ezio para disfrutar del nuevo título, aunque va a haber abundantes cosas que estarán mucho más claras si estamos al tanto, y algunas de las réplicas sólo tendrán sentido si conocemos las cuestiones. También quedarán interrogantes encima de la mesa cuando acabemos el juego, eso es obvio puesto que no todo va a quedar respondido, pero en líneas generales el resultado es satisfactorio, agradable y, sobre todo, se sigue con mucho interés.
Desmond volverá a ser la otra "pata" de la silla. Su historia se compagina con la de Connor, con algunos momentos jugables en su pellejo.
Un Nuevo Acróbata
Assassin’s Creed III consigue de forma muy loable resultar familiar con la serie al mismo tiempo que innovador, y también reconocible pero además fresco y fácil de identificar dentro de sus esquemas a pesar de romper al mismo tiempo muchos de ellos. Al comienzo todo parece estar en su sitio: los controles son similares, la movilidad parecida, los combates en su planteamiento estético… Sin embargo conforme comenzamos a rascar el barniz de la superficie de la nueva aventura de los asesinos nos vamos dando cuenta de los profundos cambios que exhibe.
La base está ahí, y de nuevo el movimiento de nuestro protagonista
vuelve a ser muy orgánico e intuitivo. Los "perfiles" a la hora de
manejarse son clave una vez más. De este modo si no pulsamos ningún
botón y sólo tiramos del stick, sencillamente nos desplazamos caminando;
sin embargo si apretamos el botón R1/RB activamos el perfil alto y
comenzamos el festival de acrobacias de la serie. En entregas pasadas
veíamos algunas quejas por la automatización de las acciones, ya que
bastaba con tirar del botón del perfil alto y pulsar el botón de
esprintar para llevar a cabo de forma directa acciones como brincar, por
ejemplo; aunque en momentos determinados también teníamos que pulsar el
botón del salto para decidir entre unas alternativas y otras. En esta
ocasión, por desgracia, todo el proceso se ha hecho todavía más sencillo
que en el pasado con una bajada de un punto más en cuanto a
complejidad, y esta es con toda seguridad la única pega que podemos
interpelarle al producto en este campo.
La decisión hace que el título gane en
fluidez y espectacularidad, pero también disminuye de alguna manera
nuestro control sobre lo que está pasando, y crea algunos momentos de
confusión cuando Connor se pone a escalar una pared cuando en realidad
sólo queríamos que esprintara cerca de ella. No es que sea un fallo
grave, gracias a que podemos seguir "forzando" el salto manual cuando
queramos y a que sigue habiendo mucho reto en la fiesta del parkour que
vamos a protagonizar. No obstante los usuarios más hardcore echarán en
falta una mayor participación en los increíbles movimientos del héroe, y
ese plus de precisión que se tenía en el pasado. Esta elección
por parte de sus responsables, que será con total seguridad muy
controvertida, puede encajar con los movimientos a través de las copas
de los árboles, una de las grandes novedades del programa y uno
de los mayores elementos de frescura. El motivo estriba en que quizá con
el antiguo esquema la movilidad entre los troncos y las ramas sería
compleja hasta lo insoportable, ya que entre tanta vegetación y al ritmo
que debe desarrollarse la acción no siempre vamos a ver con la
suficiente anticipación la dirección hacia la que debemos movernos. Así
que, ¿es el nuevo esquema un mal menor como respuesta a todo ello?
Nosotros apostamos al sí.
Por lo demás, y salvo esta pequeña matización sobre el aumento de su sencillez, la exploración y las travesías por los escenarios van a ser dos pilares divertidísimos de la saga una vez más. La incorporación de los escenarios naturales
ha sido una auténtica bendición para la franquicia, no porque no
existieran en el pasado, sino porque antaño no contaban con el nivel de
detalle del que disfrutan ahora. Los ya mencionados paseos por los
árboles son un gran fichaje, pero también se han incorporado fantásticas
escaladas por riscos, barrancos y peñascos. Si lo deseamos va a
haber trayectos larguísimos por bosques y praderas, explorando, buscando
objetivos secundarios, cazando o tan solo empapándonos de la belleza de
todo lo que nos rodea. Por descontado podremos recurrir como siempre a
los caballos para recortar distancias, también disponibles dentro de las ciudades, pero igualmente existe la posibilidad de utilizar el viaje rápido si nos gustan las experiencias más directas.
La exploración será fundamental. Ya recorramos escenarios naturales o urbanos, la movilidad del protagonista es máxima.
Connor: Retrato de un Asesino
Y es que el combate en Assassin’s Creed III va a volver a ser piedra angular de la experiencia de juego, con las habituales alternativas para adaptarse a cualquier perfil de aficionado gracias al descomunal arsenal. Las armas características de un nativo americano están presentes, lo cuál le insufla un agradecido carácter de frescura al abanico de herramientas de muerte con las que contará Ratonhnhaké:ton para cumplir con sus objetivos. Entre las novedades las más destacadas son tres: el tomahawk, el arco y las armas de fuego.
Y es que el combate en Assassin’s Creed III va a volver a ser piedra angular de la experiencia de juego, con las habituales alternativas para adaptarse a cualquier perfil de aficionado gracias al descomunal arsenal. Las armas características de un nativo americano están presentes, lo cuál le insufla un agradecido carácter de frescura al abanico de herramientas de muerte con las que contará Ratonhnhaké:ton para cumplir con sus objetivos. Entre las novedades las más destacadas son tres: el tomahawk, el arco y las armas de fuego.
El
primero se usa en cuanto al manejo de una forma bastante similar a lo
que vimos en episodios pasados con las espadas, aunque sus resultados
son más cruentos y las acciones con las que Connor machaca a sus
enemigos de una violencia extrema. De hecho la nueva entrega es con
mucha diferencia el videojuego más salvaje de la serie, con unas
ejecuciones impactantes, proliferación de sangre y un protagonista que
tiene menos piedad que nunca a la hora de acabar con sus enemigos. Así,
por ejemplo, con esta especie de hacha tradicional del pueblo indio
podemos hacer los clásicos movimientos de ataque o bloqueo al estilo
característico de la serie, pero todo ello marcado por su corto alcance
que genera un estilo en el combate mucho más "íntimo y personal" del que
pudiéramos ver con los largos sables y mandobles que usaban Altair o
Ezio.
Las escenas de acción han mejorado muchísimo. Ahora los enemigos son un rival duro de pelar, y nos pondrá las cosas realmente difíciles.
Por otra parte Ezio ya usó armas a distancia
de forma muy esporádica en los anteriores Assassin’s Creed, no obstante
para Connor su recurso va a ser una constante. Por un lado tenemos la
más silenciosa, el arco, de forma útil en particular para las
actividades de caza, pero que también podemos emplear para asesinar en
silencio con tierra de por medio. La pistola y los fusiles
(que podemos recoger del enemigo caído) tienen utilidad similar aunque
su fuerza es mayor y su estruendo particularmente escandaloso. En
cualquier caso las de pólvora tardan un buen rato en recargarse y sólo
pueden disparar las balas de una en una, así que los que temían que
estas incorporaciones pudieran estropear la esencia de la saga pueden
dormir tranquilos. El apuntado en ambas armas puede ser manual o
automático, pero a menudo el ritmo tan alto que imprime el videojuego
nos obliga a recurrir a la versión automatizada de su uso.
¿Estás preparado para una lucha feroz? En el multijugador y en la campaña, los combates de Assassin's Creed nunca han sido tan salvajes como ahora.
La Agenda –¿Qué hacer?-
Como ya sabemos Assassin’s Creed III es un sandbox, y como tal está caracterizado por unas misiones principales muy variadas y por infinidad de actividades de corte secundario. Entre las primeras habrá muchos encargos de asesinato, pero también gran número que propondrán sabotajes, infiltración o robos entre muchas otras cosas. Entre ellas, por supuesto, destacan las impresionantes escenas de guerra en las que tomaremos parte, no luchando de forma directa contra los ejércitos como es lógico, pero sí para colarnos entre las líneas enemigas en plena batalla, o incluso dirigir a pequeños comandos en un simpático minijuego de defensa de posiciones. Mención especial para la secuencia del ataque de una Filadelfia asediada, en la que tenemos que correr por sus calles evitando los disparos de los cañones y viendo como los edificios vuelan en pedazos a nuestro alrededor. Impactante.
Como ya sabemos Assassin’s Creed III es un sandbox, y como tal está caracterizado por unas misiones principales muy variadas y por infinidad de actividades de corte secundario. Entre las primeras habrá muchos encargos de asesinato, pero también gran número que propondrán sabotajes, infiltración o robos entre muchas otras cosas. Entre ellas, por supuesto, destacan las impresionantes escenas de guerra en las que tomaremos parte, no luchando de forma directa contra los ejércitos como es lógico, pero sí para colarnos entre las líneas enemigas en plena batalla, o incluso dirigir a pequeños comandos en un simpático minijuego de defensa de posiciones. Mención especial para la secuencia del ataque de una Filadelfia asediada, en la que tenemos que correr por sus calles evitando los disparos de los cañones y viendo como los edificios vuelan en pedazos a nuestro alrededor. Impactante.
No obstante, como
decimos, hay muchísimo más que hacer en el nuevo juego de Ubisoft. El
tercer capítulo cambia de manera sensible las tornas del tipo de actividades secundarias
que de continuo se ofrecían en la serie. Olvídate de lo que viste en la
segunda parte, en La Hermandad o en Revelations, en 2012 la saga sufre
un fuerte lavado de cara para ofrecer algo mucho más diverso. Batallas navales,
liberación de sectores, incitación a revueltas, interrupción de
pelotones de ejecución… La oferta es vasta, y los resultados
sensacionales.
Si has seguido el desarrollo de Assassin’s Creed III
estarás al tanto de que el mar tiene ahora enorme importancia. Ubisoft
ha querido romper con el componente de "los pies en la tierra", y se ha
animado a introducir en este episodio una novedad muy innovadora. En un
momento determinado conoceremos a un personaje en la campaña individual
que nos pedirá ayuda para reparar una vieja nave que está anclada en la
costa, y que se encuentra bastante maltrecha. Una vez reunidos los
requisitos para su puesta a punto nos convertiremos en comandante del
bote, y a partir de ahí siempre que lo deseemos podremos tener acceso a
numerosas batallas en las que medirnos con numerosos barcos enemigos.
El
control es muy sencillo, casi como una especie de arcade, pero Ubisoft
lo ha dejado con acierto a medio camino del realismo en cuanto a sus
movimientos para resultar bastante veraz sin que deje de ser, al mismo
tiempo, muy divertido. Dirigir el barco es, casi, tan fácil como pilotar
un coche: tenemos dos velocidades y la parada, así como la posibilidad
de orientar la dirección de nuestro navío… Siempre teniendo en cuenta la
dirección del viento, claro está. Además contamos con dos tipos de
disparo, uno ligero con cañones de precisión que podemos apuntar a
los puntos flacos de los barcos enemigos, y otro que servirá para abrir
fuego con las baterías de cañones de cada uno de nuestros lados. El
planteamiento va más allá de ser un sencillo minijuego, y cuenta con la
profundidad necesaria, la espectacularidad épica y la diversión
suficiente como para ser considerada una incorporación potente; pudiendo
incluso mejorar las prestaciones del buque, seleccionar su munición y
un largo etcétera de características.
No saber qué hacer nunca será un problema en este videojuego. Desde recoger coleccionables hasta ayudar a ciudadanos en apuros... pasando por unas batallas navales impactantes.
Por si fuera poco también podemos hacer pequeños favores
a ciudadanos en los alrededores de nuestra hacienda para poder
"reclutarlos" y que nos ayuden a mejorarla, de alguna manera similar a
lo que veíamos en su momento con la villa de los Auditore. También
dentro de la gigantesca mansión podemos acceder a una especie de
enciclopedia de los habitantes y las ubicaciones que visitemos, una que
nosotros mismos iremos rellenando de contenidos con lo que investiguemos
en nuestras aventuras.
No
obstante no todo lo que podemos hacer a pie tiene que ver con
actividades no relacionadas con la violencia. Para empezar habrá gente
que encontremos que necesite de nuestra ayuda: los casos son bastante
variados, pueden ser ciudadanos oprimidos por los recaudadores o incluso
reos esperando ser disparados por pelotones de fusilamiento. Pero la
carta de salvación de todos ellos pasará por nuestra intervención cuando
veamos sus atribuladas situaciones, y las resolvamos de la única manera
en la que podemos solucionar todas ellas: matando a nuestros enemigos.
Las atalayas vuelven a la carga. Cualquier lugar de cierta altura será perfecto para explorar el territorio. Ya sabes cómo se baja, ¿no?
Asesinos en la Red –Multijugador-
El multijugador lleva siendo acompañamiento de la campaña individual de Assassin’s Creed desde La Hermandad, y cada entrega vamos viendo una mejora progresiva y una suma de modalidades para ir componiendo una experiencia on-line más y más completa. En las dos revisiones que hemos visto hasta ahora nunca son cambios rotundos, y más bien se trata de un trabajo de suma progresivo y lento pero también constante.
El multijugador lleva siendo acompañamiento de la campaña individual de Assassin’s Creed desde La Hermandad, y cada entrega vamos viendo una mejora progresiva y una suma de modalidades para ir componiendo una experiencia on-line más y más completa. En las dos revisiones que hemos visto hasta ahora nunca son cambios rotundos, y más bien se trata de un trabajo de suma progresivo y lento pero también constante.
Todos somos asesinos otra vez en el on-line,
y de nuevo la mayoría de las partidas se convierten en un simpático
juego del gato y el ratón en el que tenemos que ser observadores hasta
la extenuación. ¿Por qué? Los veteranos de la IP ya lo saben, pero los
que se acercan a un título de la saga por vez primera con Assassin’s
Creed III, descubrirán que jugando a través de Internet los skins
que cada uno de los jugadores elige son los mismos que la inteligencia
artificial dirige por el escenario. ¿Qué supone esto? Que elijamos el
que elijamos pasar desapercibido entre el populacho siempre es
una opción, y también que tenemos que ser muy observadores, ya que
tenemos que estar atentos para ver "cosas raras" en los comportamientos
para localizar cuál de estos personajes está dirigido por otro usuario,
seguirlo… y asesinarlo.
En esta ocasión las dos grandes novedades son la incorporación de otros tantos modos de juego: Dominación
y Manada de Lobos. El primero es una agradable reformulación del
clásico Rey de la Colina, en el que se fijan tres zonas a conquistar en
el escenario y cada equipo va sumando puntos en función de las que
posea. Todo ello con la meta de alcanzar una determinada puntuación
antes que el rival. Los equipos se dividen en dos de cuatro, y para
hacernos con el control de un área tenemos que pasar determinado tiempo
en su radio tratando de evitar que nos maten y aturdiendo a los enemigos
que entren en la zona para intentar asesinarnos.
El multijugador continúa mejorando entrega tras entrega. En esta ocasión se suman dos modalidades inéditas y una gran personalización.
Por
lo demás vuelve a haber un gran número de modalidades, con varias de
trabajo en equipo con objetivos y otras de combate a muerte. Éstas se
estructuran de forma idéntica a lo visto en el pasado, con los nuevos
mapas, packs de habilidades inéditos y armas y personajes que
debutan como único reclamo de innovación en este campo. Por otra parte
se ha trabajado bastante en el tema de la personalización,
pudiendo invertir el dinero que recaudemos en nuestras partidas en
comprar mejoras para nuestro avatar no sólo cosméticas sino también de
armamento, por ejemplo.
El Fuego de la Revolución –Gráficos y Tecnología-
A nivel visual Assassin's Creed III se convierte en uno de los grandes referentes de PlayStation 3 y Xbox 360. De hecho desconocemos si el género de acción/aventuras va a alcanzar extremos estéticos muy superiores a lo que vemos con el juego de Ubisoft, ya que por tamaño, prisma y calidad visual es uno de los juegos más brillantes de la actual generación de videoconsolas.
A nivel visual Assassin's Creed III se convierte en uno de los grandes referentes de PlayStation 3 y Xbox 360. De hecho desconocemos si el género de acción/aventuras va a alcanzar extremos estéticos muy superiores a lo que vemos con el juego de Ubisoft, ya que por tamaño, prisma y calidad visual es uno de los juegos más brillantes de la actual generación de videoconsolas.
El protagonista Connor,
sólo puede calificarse como genial. No sólo por la compleja
personalidad que atesora y que ya hemos descrito con anterioridad, sino
porque en términos de diseño es el mejor héroe de la saga. Altair y Ezio
contaban con un trabajo impresionante a sus espaldas, pero
Ratonhnhaké:ton juega otra liga. Su carácter arisco y rudo, propio del
estereotipo poco sociable del pueblo nativo americano, tiene un reflejo
perfecto en una imagen y unos movimientos de un realismo asombroso.
Por si fuera poco vamos a vivir más momentos de su vida que de
cualquiera de los otros protagonistas del pasado, con su niñez, su
adolescencia, su mayoría de edad y su madurez tratados desde la estética
y lo jugable de forma y manera admirable.
El tratamiento de los rostros es para quitarse el sombrero. Las caras nunca fueron el punto fuerte de la IP, pero ahora su acabado es sublime.
La distancia de dibujado
ha crecido de forma notable, lo que ayuda a que los decorados sean
todavía más espectaculares y, por otra parte, el número de animaciones
se ha multiplicado también notoriamente. Mención especial a la
naturalidad del propio Connor y al majestuoso encadenado de sus movimientos.
Ya pasee entre las copas de los árboles, camine con dificultad sobre
casi medio metro de nieve o corra a través de una casa de forma
automatizada para huir de sus enemigos, todos sus actos son portentosos.
Un mundo gigantesco, cargado de personajes y con un acabado formidable. Parece difícil que las consolas actuales den más de sí.
En
lo tocante al sonido el lanzamiento también raya a una altura
extraordinaria. Los valores de producción de la saga siempre han
ofrecido grandes resultados en el audio, y Assassin’s Creed III como
entrega más ambiciosa hasta la fecha no es ninguna excepción. La banda sonora es maravillosa, los efectos de sonido fantásticos y este episodio cuenta con el mejor doblaje
de cuantos hemos visto hasta ahora en la IP, con actores reconocidos de
la talla de Luis Tosar interpretando a George Washington. En algunos
momentos la mezcla quizá no es la más acertada, con algunos efectos o
gritos de la muchedumbre algo por debajo en términos de volumen, pero
son matizaciones de importancia relativa dentro de un conjunto rotundo y
sobresaliente.
El rigor histórico, como en cualquier Assassin's Creed, es asombroso. Una auténtica lección de historia que nosotros mismos vamos a protagonizar.
Todas
estas alabanzas no deben impedirnos decir que la que nos ocupa no es
una obra del todo inmaculada, y que como casi cualquier producto de
estas características tiene algunos pequeños inconvenientes casi
inevitables por su tamaño. El control, como ya hemos dicho, ha
sufrido cierta simplificación en algunos aspectos concretos como el de
las acrobacias. Por otra parte la velocidad a la que transcurre todo en
pantalla nos va a provocar más de un disgusto en términos de precisión,
¿a qué nos referimos? En movimientos rápidos en estancias estrechas
puede que, sin querer, comencemos la escalada de un objeto o una pared
cuando en realidad queríamos correr evitándola. Sucede sólo de forma
episódica, y con un 100% de atención puesta en lo que estamos haciendo
es evitable de manera razonable, sin embargo hay algunas situaciones en
las que nos supondrá alguna repetición de checkpoint en una persecución
de un enemigo o en una huída.
A nivel artístico el trabajo
general es tan espectacular como cabía esperar de la compañía gala. Nos
hemos venido acostumbrando a un retrato inmejorable de las diferentes
etapas que han ido abordándose, y la revolución americana y la propia
Norteamérica están incluso a mayor altura. La diversidad de los escenarios es más acusada en este episodio que en las pasadas entregas, con unos tratamientos de urbes como Boston o Nueva York
formidables, y con unos escenarios naturales increíbles. No se trata
sólo de que la fidelidad histórica es impecable, como siempre, sino de
que todos los detalles que podemos ver en las calles nos hacen sentir
dentro de un mundo vivo. La densidad de la población en las
calles ayuda a dotarles de una actividad mayúscula, y los civiles ya no
se limitan a deambular sino que realizan más actividades que nunca. La naturalidad
de las poblaciones es mayúscula, y lo mismo podemos decir de las zonas
naturales… con animales, patrullas de "casacas rojas", viajantes,
pequeños campamentos de caravanas y un largo etcétera de seres. Por si
fuera poco el juego no sólo cubre muchos años, sino también diferentes estaciones con sus respectivos ciclos de día/noche y cambios climáticos:
así que veremos días soleados (preciosos por cierto), pero también
lluviosos, época de verano o incluso un crudo invierno que cubrirá todo
de un elegante manto de nieve.
El tratamiento de los rostros es para quitarse el sombrero. Las caras nunca fueron el punto fuerte de la IP, pero ahora su acabado es sublime.
Por
otra parte el programa es muy fluido en términos de imágenes por
segundo, y es desde el punto de vista tecnológico muy potente dejando al
margen los clásicos glitches de un sandbox. En momentos muy puntuales y
de gran carga hemos experimentado alguna caída en el frame-rate, pero
como decimos la tónica habitual es una muy meritoria agilidad teniendo
en cuenta la calidad de todo lo que se muestra en pantalla. Las físicas han mejorado con notable eficacia, las escenas marítimas
son impactantes y también han disparado su calidad otros elementos como
la calidad de las texturas o el tratamiento de las sombras. ¿Alguna
pega en este sentido? La única es que las escasas secciones
protagonizadas por Desmond en la época contemporánea no cuentan con la
misma calidad tan brillante de las secuencias de época. La diferencia es
notable entre unas y otras y crea un cierto sentimiento de
irregularidad, aunque en nuestra tónica habitual de puntuar el conjunto
de los apartados por encima de la suma de sus partes, el 10 gráfico es
poco menos que innegociable, pero en tecnología algunas de estas pegas
son mejorables.
Eso sí
lamentablemente en ocasiones da la sensación de que las consolas de la
actualidad no pueden manejar todo lo que Assassin’s Creed III presenta
en pantalla. No parece tratarse de un problema en el trabajo de
optimización de manos de Ubisoft, sino que por los momentos en los que
se producen las incidencias todo parece indicar que la aventura de
Connor es otra de las que rascan ya el techo visual de las plataformas.
¿En qué se traducen estas limitaciones? Nada demasiado importante más
allá de algún problema esporádico. Pero si, por ejemplo, vamos corriendo
o al galope con el caballo, algunos personajes y objetos se van a
dibujar ante nuestros ojos demasiado tarde… En ocasiones cuando estamos
muy cerca de ellos. Es un problema de popping, quizá no serio, pero
bastante molesta puesto que estropea algo la enorme inmersión que por lo
demás consigue el producto.
Un mundo gigantesco, cargado de personajes y con un acabado formidable. Parece difícil que las consolas actuales den más de sí.
Sincronización Completada -Conclusiones-
Assassin’s Creed III no sólo es el mejor videojuego de la saga hasta la fecha, sino también uno de los grandes títulos de acción y aventuras de esta generación. La serie siempre ha sabido mantener una línea de calidad formidable, pero tras Revelations comenzaron ciertas dudas sobre un posible (y más bien discutible) reciclaje de la marca que pudiera hacer decaer su calidad en el futuro. Así que los asesinos necesitaban una entrega rompedora, y en el 2012 hemos tenido la respuesta. El cambio va mucho más allá de la apuesta por una nueva época, y es que ella no sólo ofrece cambios visuales sino que también trae consigo infinidad de "fichajes" jugables que dotan de frescura a la experiencia.
Assassin’s Creed III no sólo es el mejor videojuego de la saga hasta la fecha, sino también uno de los grandes títulos de acción y aventuras de esta generación. La serie siempre ha sabido mantener una línea de calidad formidable, pero tras Revelations comenzaron ciertas dudas sobre un posible (y más bien discutible) reciclaje de la marca que pudiera hacer decaer su calidad en el futuro. Así que los asesinos necesitaban una entrega rompedora, y en el 2012 hemos tenido la respuesta. El cambio va mucho más allá de la apuesta por una nueva época, y es que ella no sólo ofrece cambios visuales sino que también trae consigo infinidad de "fichajes" jugables que dotan de frescura a la experiencia.
La campaña es impactante, larga y atrapa desde el primer instante. Su guión
es muy bueno, su héroe memorable y los villanos son tridimensionales,
con sus diatribas e inquietudes. Malos creíbles con tonalidades grises,
muy alejados de las clásicas confrontaciones bien absoluto contra mal
absoluto, y que a pesar de despreciables y maquiavélicos tienen su punto
creíble y apasionante. La duración puede estimarse en torno a
las 20 horas que ya hemos mencionado si nos ceñimos sólo a las misiones
principales, pero eso sería un pecado… Lo genial de Assassin’s Creed III
es perderse en su mundo, ayudar a sus ciudadanos, participar de las
batallas navales y tomar partido de esa gigantesca guerra que se libró
en el siglo XVIII en Norteamérica. El multijugador viene a
completar con eficacia la oferta jugable del programa. Nadie se compra
un juego de esta saga por el componente on-line así que es,
entrecomillas, el patito feo de cada entrega, sin embargo en cada
episodio hace los deberes con mayor eficacia, y ya se convierte en un
añadido muy estimable con un componente de adicción y "pique" muy
agradable.
El rigor histórico, como en cualquier Assassin's Creed, es asombroso. Una auténtica lección de historia que nosotros mismos vamos a protagonizar.
Por
otra parte no todas las secciones y nuevas incorporaciones funcionan,
por ejemplo algún minijuego como el del ordenamiento estratégico del
disparo de nuestras tropas defendiendo un río es un momento simpático
pero también simple y tontorrón que, por suerte, se evita con facilidad.
Como puede verse son pegas que merecen ser reseñadas, sí, pero que a
menudo son sólo cuestión de gustos como puede ser, por ejemplo, la
resolución con QuickTime Events de la mayoría de acciones de caza
cuerpo a cuerpo. Detalles a menudo minúsculos y sin importancia que
apenas restan valor a una jugabilidad asombrosa, y que son pasables por
alto sin mucho esfuerzo dentro de un conjunto tan indiscutiblemente
brillante como el de Assassin’s Creed III.
Y es que el título de Ubisoft es un juego que cumple con la totalidad de lo que prometió, y eso que no era poco. Se nota el ambicioso prisma
de todo lo que ofrece con sólo echar un vistazo a cualquiera de los
capítulos que lo componen, y la mastodóntica inversión de dinero,
personal y tiempo que sus responsables han invertido en él parecen por
completo amortizados con un producto de tamaña calidad. Un lanzamiento
imposible de no recomendar desde infinidad de puntos de vista: como
inmejorable videojuego de acción y aventuras, como lección de historia
viva, como grandioso espectáculo visual, como producto dilatadísimo en
términos de duración y contenidos… En definitiva, una obra bellísima y
encomiable.
que tiene que ver con futbol?
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