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Audi ha hecho con el R8 un cupé con unas cualidades dinámicas muy convincentes. Por la respuesta de su motor y por la puesta a punto del chasis, es una de los referencias entre los cupés deportivos de un precio similar. La estabilidad está a un nivel sorprendente y, a la vez, transmite una sensación de seguridad que difícilmente tienen los coches hechos para ser tan rápidos en curva.
Un Porsche 911 es, sin ninguna duda, más exigente con el conductor y sólo nos parece claramente superior al R8 por su extraordinaria capacidad de frenada y porque tiene un tacto de dirección más directo y preciso (que podrán apreciar algunos conductores). Un BMW M6 es un cupé de lujo, puede ser más rápido en una recta, pero está muy lejos de ser un deportivo como el Audi R8.
Lo peor del Audi R8 tiene que ver con cualquiera de las dos cajas de cambio que puede tener. La manual, de seis velocidades y con un embrague bidisco, porque en ocasiones las marchas entran con dificultad, en parte por la rejilla que está en la base de la palanca —si no la tuviera y el pomo fuera menos agresivo con la mano del conductor, quizá las cosas mejorarían mucho—. El automático «R tronic», también de seis velocidades, porque para una conducción normal no «sabe» cambiar con suavidad, y si se trata de aprovechar todo el potencial, los cambios son bruscos porque la aceleración queda interrumpida durante unos instantes. Esa falta de aceleración puntual no supone un problema en carretera —desde el punto de vista de las prestaciones— pero las brusquedad puede alterar ligeramente la trayectoria.
Este cambio automático «R tronic» cuesta 8.250 € más que la caja manual. Tiene mandos secuenciales en la palanca y en el volante. Este cambio automático es una variante motorizada del manual, no es una caja de doble embrague como el «S tronic» de otros modelos de Audi —«DSG» en Volkswagen—. Los desarrollos de esta caja son los mismos que en la manual.
Los frenos del R8 cumplen pero, en ninguna de las dos unidades de pruebas, tenían un tacto especialmente bueno ni obtuvimos distancias muy cortas de frenado —hemos probado el R8 con frenos de serie; en opción hay unos cerámicos (11.370 €) que nos sabemos qué resultado dan—.
El motor del R8 es muy bueno desde el punto de vista de las prestaciones y de la respuesta al acelerador. Entre febrero de 2007 y julio de 2010 estuvo disponible con 420 CV. Desde verano de 2010 tiene 10 CV más (430 CV).
Es un motor de giro rápido que a casi cualquier régimen sorprende porque tiene una respuesta muy directa y contundente al acelerador, que lo hace muy agradable de utilizar. El inconveniente que tiene este coche es que tiene un consumo alto, incluso a ritmo moderado por autopista (más impresiones de conducción).
El Audi R8 tiene muchos inconvenientes para un uso cotidiano en ciudad porque la carrocería apenas deja visibilidad en algunos ángulos y necesita mucho espacio para girar. Tiene dos plazas y un maletero pequeño y poco aprovechable.
Habitáculo y equipamiento
Dentro de lo espectacular de su carrocería, tiene sitio de sobra para dos ocupantes, siempre que midan menos de 1,90 metros. El acceso o salida del interior es muy incómodo porque los asientos están muy cerca del suelo y alejados del exterior. Además, el hueco que queda entre el volante y la sujeción lateral del respaldo suele ser insuficiente para salir con limpieza.
Hay dos tipos de asientos. Los deportivos opcionales son más incómodos, sobre todo para las personas corpulentas, pero sujetan mejor el cuerpo —permiten ajustar el soporte lateral exterior de los muslos y de la espalda—.
El R8 no es insoportable para viajar a un ritmo normal, pero la suspensión es dura y llega al interior una gran cantidad de ruido de origen diverso (motor, rodadura y aerodinámica). Como cupé de lujo para viajar cómodamente, el R8 es inferior a cualquier BMW o Mercedes-Benz (más impresiones del interior).
El equipamiento de serie es muy completo. Todas las versiones llevan cuatro airbags, control de estabilidad, faros de doble xenón, iluminación diurna de diodos luminosos, suspensión deportiva, climatizador de dos zonas y llantas de aleación de 19 pulgadas, como mínimo (fichas de equipamiento).
Uno de los elementos opcionales más llamativos del R8 son unos faros con diodos luminosos para las luces de cruce, las carretera y los intermitentes (más información). Esta opción tiene un precio de 4.630 € y no hemos podido probarla —las unidades que hemos tenido tenían los faros de xenón de serie—.
Precio del seguro
Asegurar a todo riesgo un Audi R8 4.2 FSI quattro de 430 CV para un conductor soltero de 35 años que resida en Sevilla, utilice el coche de forma ocasional, aparque en un garaje individual, realice menos de 5.000 km al año, tenga carné desde los 18 años y no haya tenido ningún siniestro en los últimos 3 años tiene un precio de 3.331 € anuales con Mapfre, la compañía de mejor relación entre calidad y precio —6,36 sobre 10— y mejor calidad —8 sobre 10— según nuestro comparador de seguros.
Otra opción algo más asequible (3.157 €) es la que ofrece Mutua Madrileña, pero a costa de una menor calidad (5,30) y una peor relación calidad-precio (5,27).
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