3/9/10
· Doblete de Torres y sello de Silva, jugadores rehabilitados para la causa nacional · Villa marcó el 0-2 y se quedó a un gol de Raúl · La actuación de Jehle y algún que otro error en el remate evitaron un abuso de goles
España tiene estrella y no sólo en su camiseta. El campeón de todo, de Europa y del Mundo, inició su camino hacia la próxima Eurocopa divirtiéndose. Los nuestros no sonríen de cara a la galería. Lo hacen porque son felices con el balón, instrumento de incordio para algunos y juguete para La Roja, que no entiende la vida sin el cuero. Ese balón fue de España y de nadie más en Vaduz. La selección de Liechtenstein ni se dio cuenta que se estaba jugando con el Jabulani. Sí se enteró, Jehle, portero local, que evitó una goleada escandalosamente escandalosa.
España disputó en Vaduz su primer partido oficial como campeón mundial. Liechtenstein lo sabía. Su respeto a todo lo que hizo La Roja fue mayúsculo. España ya no disputa simples partidos de fútbol, se juega el honor y el orgullo que ha adquirido en Sudáfrica, en Austria y en todos los rincones del planeta.
Un curso de precisión
En el once, Marchena ocupó el lugar de Puyol, al lado de Piqué. Torres también fue titular y no pasó desapercibido. Marcó dos goles que necesita para recuperar la fe. Fernando Torres, futbolista al que se le nota lo que está pensando, abrió el marcador en el 18'. Antes del 0-1, España amenazó con cebarse con Liechtenstein. A los de Zaugg les entró el pánico. No era para menos. El 'Niño' fue el que abrió la lata. Torres corrió como un guepardo, piso área y se le ocurrió una idea. Tocó el balón con la bota derecha, superó a dos defensas y también a Jehle, que siguió en primera persona la parábola del Jabulani. El '9' no remató a portería, asistió a las redes.
El 0-2, obra de Villa, sí fue un remate en todo regla. El asturiano soltó un latigazo con la derecha que no necesitó ni colocación. El portero de Liechtenstein, cuando quiso reaccionar, tenía el balón en las narices. Fue el tanto de una leyenda, que se marchó a la ducha recortando en su desafío particular con Raúl como máximo goleador de la historia de la selección española. Ahora, Villa está a un sólo gol, pero eso da igual. Su lugar en la Historia lo tiene reservado desde hace tiempo.
No hubo más goles hasta la reanudación. Torres y Villa acudieron a un curso de precisión en el remate en el que se toparon con Jehle, notable demasiadas veces. El guardameta de Liechtenstein fue el único local que tocó el balón.
El detalle de Silva
Pensando en el monumental partido que nos espera en Buenos Aires, Del Bosque dio entrada a Cesc tras el descanso. Todo siguió igual, sólo cambió el centro de las operaciones.
La segunda mitad la aprovechó Torres para hacerse su segunda diana de la noche y la aprovechó también Silva. El canario cerró la goleada con la izquierda, pierna que perdió peso en Sudáfrica. Fue una noche de baño y masaje para Silva, que necesita días así para rehabilitarse como músico principal de la orquesta española.
El festival nacional se quedó en cuatro goles, a pesar de la insistencia de Piqué, Pedro y Villa. El '7' mandó un balón al larguero en el último suspiro, cuando el colegiado se disponía a llevarse el silbato a la boca. Villa, delantero voraz y descomunal, miró al cielo lamentándose. En ese cielo hay estrellas y está España. Eso le hizo sonreír a El 'Guaje'.
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